Una cipota terminó en el hospital por estarse aguantando un gas enfrente de su novio. La chamaca no quería pasar la vergüenza que se le viniera un gasecillo todo sonoro y apestoso enfrente de su amado y aguantó y aguantó terminando con un fuerte dolor en la panza.
La chamaca identificada como Lorena Castell contó que empezó a sentirse mal pensando que era una «hernia umbilical», y en vez de eso, el médico le detectó que lo que tenía era «una ventosidad atascada», que el mal aire se le había colado provocándole los fuertes dolores.
Los médicos le dicen a la bichada que es normal echarse un pedito de vez en cuando y que es peor estar aguantando, por lo que recomiendan fomentar los lazos de confianza, para evitar que los gases no expulsados terminen arruinado la relación.