Sobre las calles de Sívar, fue captado un vehículo cuyo propietario ha dejado bien en claro que no puede viajar sin oír música en su nave.
El salvadoreño es bien creativo, y de una adversidad siempre saca una oportunidad para destacar su talento para resolver problemas. Un cristiano, con tal de no perder la señal de la radio, le enchutó a la nave un gancho de ropa para que le furule como antena.
Se desconoce si al míster dueño del carrito le robaron la antena original o por alguna extraña razón se quedó sin esta, pero resolvió el asunto con un gancho y bien nítido iba escuchando su emisora favorita.