Antinarcóticos colombianos se echaron la manta en el aeropuerto José María Córdova, en el municipio de Rionegro, en Antioquia, sobre una jugada de ficción que se quebraron los traficantes de esta droga.
Rumbo a Ámsterdan, Países Bajos, iban más de kilo y medio de cocaína, bien camuflada en muestras de sangre.
Una perrita bien entrenada fue al que percibió el olor del paquete que iba como encomienda rumbo a Países Bajos, en tres bolsas plásticas intravenosas con un líquido que parecía sangre e iba disfrazado de muestras biológicas.
De haber llegado el paquete a su destino, pudo haber alcanzado casi 94 mil dólares en su valor.