El Salvador, que cumplió ayer un año sin homicidios, se ha convertido en un ejemplo a seguir en Centroamérica y América Latina que anhelan un modelo de seguridad implementado por el Presi Nayib Bukele para combatir a todos los maleantes que delinquen a diestra y siniestra.
En Perú, que celebró elecciones recientemente, la figura del jefazo de la nación salvadoreña no pasó por alto y fue tomado como referente por la agrupación política PRI en un proyecto que llamaron “Plan Bukele” como carta de presentación ante el auge de la violencia en ese país.
El Presi Bukele supo poner el dedo en la llaga en relación a la criminalidad que afectaba a El Salvador con decisiones acertadas que ahora permiten confirmar al país en la nación más segura de toda América Latina, incluso por arriba de Costa Rica, cuya majada camina con pinzas ante el accionar de algunas estructuras criminales.
La nación tica presentó el año pasado la tasa de asesinatos más alta en toda su historia con una cifra de 66.5 %, mientras los registros de 2023 ya lo superan en un 30% y sus habitantes admiten que han perdido la paz al aumentar la cantidad de homicidios.
El fenómeno Bukele también llegó a Colombia y ha sido la derecha encabezada por la senadora María Fernanda Cabal la que ha destacado la política del macizo de la nación salvadoreña para combatir la violencia, y reafirmó la certeza que podrían tener las autoridades para vencer el crimen en el país cafetero.
La imagen del Presi también no ha pasado desapercibido en España, donde diferentes sectores demandaron enérgicamente al gobierno del macizo Pedro Sánchez para replicar el modelo de seguridad de El Salvador por la inestabilidad que presenta el país europeo en el tema de seguridad.