El presidente, Nayib Bukele, publicó en sus redes sociales que desde 2019 vaticinó que tanto ARENA como el FMLN se unirían, algo nunca pensado desde la concepción de estos partidos, o al menos eso hicieron pensar a la población.
Cuando Bukele mencionó el escenario de unión entre los tricolores y los rojos, los partidos anacrónicos le salieron al paso, dijeron que era mentira porque sus principios se respetaban y no les permitían ese tipo de alianzas.
Ahora, sin importarles los más de 85 mil muertos, 1 millón de desplazados, 5 décadas de atraso, infraestructura destruida, el desarrollo de las pandillas y los acuerdos de paz tan falsos como billete de a 3, ambas instituciones reducidas al mínimo en la última elección consuman su unión.
Bajo el disfraz de sociedad civil, los partidos que dividieron la sociedad y la llenaron de violencia contra sus mismos hermanos, apoyados por los casi desaparecidos Nuestro Tiempo y Vamos, acuerdan presentar una candidatura presidencial única, la que darán a conocer esta misma semana.
La historia es el antecedente perfecto para desenmascarar las intenciones y acuerdos del FMLN y ARENA, el hoy es el rostro de los partidos que se les unen, al no ser respaldados por la población buscan la forma de intentar volverse relevantes, sin importarles principios, ética, moral o respeto por las víctimas de las decisiones tomadas y los negocios con criminales que hicieron los que gobernaron por décadas y que se lavaron las manos para intentar regresar al poder. No les bastó el 2019, regresan por la del estribo en 2024.