Este hombre deambula de un lugar a otro con su característica figura de un cómico empedernido, pero nada comparable con aquellos que gusta lanzar bromas, reírse del mal ajeno, o simplemente contar un chistorete.
Al “payaso serio” se le ve todos los días, especialmente por los contornos de las fuentes Beethoven y pide un centavo de cora, una cora o lo que sea la voluntad de la majada que pasa con sus naves en el lugar.
Unos esperan que ande riéndose, o que solo verlo cause gracia, pero no:’ El payaso serio’, solo se le acerca y pide para sobrevivir.
Con cara de un don con ceño fruncido y a paso lento llega donde el motorolo, a veces pone la mano y a veces no, a veces habla y a veces solo lo mira, y en otras solo se le ve serio para disfrazarse del rostro como otros.
Así camina sobre la 75 avenida, Paseo General Escalón, o vía alternas, con peculiar gorra, su cara pintada, su traje y su mirada profunda.