Vendiendo andaba “La Tenchis Céliber” en un negocio de San Sívar y en el camino se encuentra a un maistrillo con las cervezas adentro para pedirle un beso
– “Deme un beso”, le dice el hombre ya mayor, a lo que inmediatamente la dama le responde: ¿para qué mi niño? y continúa: “Mire, un beso mío va a quedar jugado hoy y va a quedar como loco porque la Siguanaba les da un beso a los hombres lo juega”.
– “Yo la conozco y ya la he visto en la televisión”, le asegura.
– “Pero le puedo dar un beso en la cabecita acá (muaaa)”, le responde y se lo da, luego se despide:” Que el señor me lo bendiga, ojalá que un día deje la bolencia, por lo menos que acepte a Dios, tiene lugar”, y se retira.