El Cipitío hacía travesuras, la carreta chillaba sin parar, el diablo deambulaba de un lado a otro con su larga cola y la siguanaba llamaba la atención con su cabellera y sus senos grandotes.
Así se paseaban estos personajes mitológicos en el municipio de Tonacatepeque que celebró el sábado el festival de la Calabiuza.
Junto a estos seres también más de alguno se llevó tremendo grito con el Padre sin Cabeza y los aullidos del Cadejo.
Para la mapachada que asistió al festival de la Calabiuza fue una gran cosa porque siempre recuerdan al ayote como la tradición del municipio, y las antorchas y coloridos atuendos que se ponen muchos macizos y macizas de esa zona.
Esta festividad tiene décadas de estar vigentes y pase lo que pase nunca se pierde aun y cuando se reprogramen por algunas circunstancias, en esta ocasión debido a las lluvias.