La Semana Santa, en la que los cristianos conmemoran la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, comienza este domingo 24 de marzo en todo el mundo y El Salvador tiene sus propias tradiciones, adaptadas a la idiosincrasia de sus pobladores.
Aunque son muchas las actividades, una de las más emblemáticas es la danza de Los Talciguines (en nahuat significa «hombre endiablado») que es programada en el municipio de Texistepeque cada Lunes Santo.
De acuerdo con la tradición, los Talciguines se encargan de limpiar los pecados de los visitantes que llegan a admirarlos, dándoles latigazos. La ceremonia representa las tentaciones que padeció Jesús en el desierto, antes de ser capturado y crucificado.
También en varios puntos del país las calles se transforman en coloridos lienzos de aserrín y sal, con las maravillosas creaciones de alfombras por las procesiones del Jueves y Viernes Santo.
Sensuntepeque en Cabañas es uno de los lugares reconocidos por elaborar la que se cree, es la alfombra más larga de todo el país, suele tener unos 200 metros de largo y se usan más de diez mil libras de sal y aserrín para elaborarla.
Sonsonate Centro e Izalco, en el mismo departamento, son reconocidos por las ceremonias llenas de disciplina y fervor.
En el municipio de Sonsonate Centro se celebra una de las procesiones reconocidas internacionalmente, la del Santo Entierro, que inicia el Viernes Santo por la tarde y que se extiende hasta el Sábado de Gloria por la mañana.
La urna del Santo Entierro es cargada por aproximadamente 800 personas que se dividen en 20 grupos de 40 cargadores, los cuales recorren un aproximado de 7.5 kilómetros en 14 horas.
En Izalco, existe una tradición única en todo El Salvador, es desarrollada el Jueves Santo y es conocida como la procesión de los Cristos, la cual es de las más largas en todo el país, con una duración de 16 horas de recorrido.
Son 12 imágenes de Cristo crucificado las que recorren las principales calles del municipio y representan a las cofradías de la localidad.
Gastronomía de la temporada
Amantes de lo dulce, los salvadoreños también aprovechan la Semana Santa para consumir comida y postres propios de la época.
Como el ayote o los jocotes de corona bañados en miel de panela y las torrejas, que son torta de pan dulce, envueltas en huevo y servidas también con miel.
Otro de los platos más emblemáticos de la Semana Santa en El Salvador es el relleno de pescado seco. Este delicioso alimento consiste en pescado seco, de diferente variedad, cocinado en una salsa de tomate con cebolla, ajos y chile que se sirve acompañado de arroz blanco y por tradición se coloca en la mesa para el almuerzo del Viernes Santo.
Como es una temporada de mucho calor, los salvadoreños también aprovechan la semana para visitar parques acuáticos, playas y disfrutar de minutas y agua de coco.