El miedo arraigado en la memoria colectiva de los salvadoreños debido a décadas de violencia pandillera ha dejado una cicatriz profunda en la sensación de seguridad de los jóvenes, incluso dentro de sus propias comunidades.
Sin embargo, bajo el liderazgo del Presidente Nayib Bukele, una nueva era de seguridad se está abriendo paso a través del innovador Plan Control Territorial.
El corazón de esta estrategia de seguridad está marcado por la Fase II, que prioriza la prevención.
Aquí es donde entran en juego los Centros Urbanos de Bienestar y Oportunidades (CUBO), gestionados por la Dirección de Reconstrucción del Tejido Social. Según una encuesta realizada por Tejido Social y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), nueve de cada diez usuarios de estos centros reportan sentirse seguros.
La sensación de seguridad se extiende a través de todas las edades: el 98% de los niños menores de 11 años, el 96% de los adolescentes entre 12 y 17 años, y el 97% de los adultos mayores de 18 años, experimentan esta tranquilidad. Carlos Marroquín, titular de Tejido Social, destaca que la mayoría de los que se sienten protegidos son mujeres.
Los CUBO no solo ofrecen espacios seguros, sino también una variedad de actividades que van desde cursos y talleres hasta bibliotecas y áreas de expresión artística.
La construcción de diez nuevos CUBO en áreas previamente afectadas por la violencia pandillera, programada para mayo de 2024, refuerza el compromiso del Gobierno con la seguridad y el bienestar de la juventud salvadoreña.