El príncipe Guillermo y su esposa, Kate Middleton se saltaron el protocolo para hacer feliz a una fan.
Y es que, aunque los macizos de Cambridge no pueden hacerse selfis, al encontrarse con una cipotona que se les acercó, ellos no dudaron en posar para la cámara.
En teoría, la prohibición es por motivos de seguridad. Todo ocurrió en su reciente turisteada a Glasgow, en Escocia. En un momento dado había un montón de gente a la salida del edificio de Wheatley Group. Y de entre la multitud una maitra se acercó hasta los duques de Cambridge con su móvil en la mano lista para tomarse una autofoto con ellos.
En el protocolo real, esta práctica está considerada como inaceptable, pero como la ilusión de la señora era tal y el príncipe heredero y su esposa estaban de tan buen humor, no pusieron inconvenientes y aceptaron alegres, incluso llegando a cierta pose de complicidad.