Por más de 30 años Rodolfo Parker se ha pasado haciendo el del ojo pacho ante el baño de sangre que hubo en noviembre de 1989 en la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA), y hoy Benjamín Cuellar, exdirector del IDHUCA, lo señala con el dedo como el responsable de encubrir la muerte de los sacerdotes jesuitas a quienes no se les ha hecho justicia.
Parker era jurídico del Estado Mayor de la Fuerza Armada cuando sucedió el terrible hecho de sangre, donde seis sacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras murieron en manos de cobardes que les arrebataron la vida.
El exdiputado es abogado y retorció perversamente la ley para que los autores de la masacre se quedaran tranquilos y no les tocaran ni un pelo. Incluso, Benjamín Cuellar dijo que Jusshy Mendoza, uno de los militares procesados en ese caso aseguró que Parker le dijo que cambiara su declaración, para que no afectara a los que dieron la orden de ejecutar la masacre.