La chelita Leelee Sobieski ha dejado el cine y lo ha hecho para dedicarse a la pintura, un secreto que llevó bien guardado por muchos años.
Desde antes, la joven dio algunas que otras pistas de que no le interesaba Hollywood debido a su desinterés por la fama y los focos como suele ocurrir con otros.
La chica quería llevar una vida sencilla, libre de la fama, sin alfombras rojas y de las aglomeraciones donde cada quien parece llevársele de divo o diva.
De hecho en su naciente carrera se declaró admiradora de alguna estrella y hasta llegó a decir que coleccionaba pelo de celebrities, contrario a otros que suelen pedir autógrafos.
Por eso desapareció del mapa en los momentos que su fama subía como la espuma hasta convertirse en una verdadera pintora aunque siempre manteniendo el anonimato.