El Papa Francisco les cayó de sorpresa a la majada de la embajada rusa en el Vaticano para ver si podía calmar las aguas por el desmadre que hay con Ucrania. El macizo de la Iglesia Católica pasó media hora en pláticas con el embajador Alexander Avdeev pidiéndole que evite la locura de la guerra.
Ya que la otra semana inicia cuaresma con el miércoles de ceniza el Papa ha pedido al mundo que se una en oración y haga ayuno. A los políticos les hizo un llamado a hacer un examen de conciencia anda Papá Chuz, que es el Dios de la paz y no de la guerra.
“Rezo para que todas las partes implicadas se abstengan de cualquier acción que provoque más sufrimiento a las poblaciones y desacredite el derecho internacional”, dijo el representante del Colochón aquí en la tierra.