Un maistritillo con un bigote de buen cazador se presentó con todo en la Plaza Libertad para demostrar sus habilidades en el baile junto con su muchachona.
Y lo hizo al estilo del ‘piporro’, aquel cómico mexicano que solía mover todo el esqueleto con su característico paso de los pies.
A este bailarín también se le metió el espíritu de ‘Martín Karadagián” al aplicarle una llave mortal con una de sus patas.
El bailarín llegó bien catrín y con unas gafas oscuras para demostrar su clase mientras la miss vestía de azul y blanco.
Seguramente son dos salvadoreños que se han dejado venir con todo a las tierras del pulgarcito ahora que los tacuazines han dejado de asustar.