Al aún delantero del PSG, Neymar le está lloviendo sobremojado. Primero, su discusión con su novia embarazada que salpicó las redes sociales, y segundo la requisa de la policía brasileña en una mansión donde el futbolista pretende construir un lago artificial en Río de Janeiro.
Las autoridades decidieron suspender las obras porque al futbolista se le pasó la mano al desviar en su mansión «cursos de agua, captación de agua de rio no autorizada, captación de agua para un lago artificial, movimiento de tierras, excavación, movimiento de tierras y rocas sin autorización y aplicación de área de playa sin autorización ambiental».
El próximo paso que dará la Secretaría de Medio Ambiente de Mangaratiba es interceptar la zona y emitir un dictamen sobre el relajo encontrado, lo que le costaría al crack brasileño una suma millonaria.