El Real Madrid jugó un partido por ratos perezoso y por ratos con un fútbol endemoniado. Pero estar en el Bernabéu se siente el rugir de la afición y quizá eso le termina pasando factura al visitante.
Le sucedió esta vez al Unión Berlín que apeló a su fortaleza defensiva, al realizar un marcaje casi perfecto y no dar un balón por perdido. Poco le importó hacerse del balón, se lo dejó que el equipo merengue lo monopolizara y jugar al contragolpe: claro tampoco le funcionó si se toma en cuenta las estadísticas donde apenas intervino Kepa.
Pero aun así los de casa se vieron de a palitos porque no encontraban la meta, lo intentaban sí: Varios tiros de gol de Rodrigo, y otras de Joselu (las ganó todas en el juego aéreo), quizá los que más insistieron durante todo el encuentro.
Llegó el tiempo adicional (5 minutos), otorgados por el árbitro y eso fue suficiente. Eso sí, la afición se debatía entre la angustia, y el deseo, aunque nunca desfalleció, sabía que tarde o temprano llegaría el gol.
Y así fue, un remate directo y templado del ‘Halcón’ Valverde, un rebote y de nuevo Bellingham, que tiene ADN madridista. Apareció otra vez cuando más lo necesitaba y debutó con pie derecho en la Champions, al lado de dos especialistas como Luka Modric y Tony Kroos.
El Madrid inicia con buen debut, aunque todavía falta conocer sí le alcanzará no contar con un referente delantero como Benzema para los partidos posteriores.