El equipo merengue no tuvo la finura de otros encuentros y estuvo a punto de llevarse una sorpresa en la visita al Leipzig si no no fuera por el golazo de Brahim y de las intervenciones fabulosas del meta ucraniano Lunin.
Ya lo había advertido Carlo Ancelotti en la previa, de que el equipo alemán tenía buena estatura, físicamente poderoso y con un juego basado en la posesión del balón.
y así fue: terminaron los de Ancelotti contra las cuerdas en el primer tiempo y un segundo con las mismas características del partido.
La alta presión de los locales hizo que los blancos perdieran en reiteradas ocasiones mucho balón, aunque en las contras dejaban entrever unas y otras sorpresas.
Fue así como surgió la figura de Brahim , que se fabricó un gol de antología, con fuerza, dribling y mucha colocación y potencia del tiro para sellar el único del triunfo,