El terruño salvadoreño tenía la pinta de la tierra prometida del surf y ahora todo parece ser una realidad.
Las playas de La Libertad se convirtieron recientemente en la capital de los juegos del surf y cada vez las tareas se están cumpliendo.
Esta práctica, para algunos tiene 500 años de existencia en todo el planeta, pero con el paso de los años, ha mutado hasta convertirse en un deporte.
Bob Levy, un salvadoreño, hijo de padre y madre salvadoreños, nació en Santa Tecla. Migró a California siendo niño y en julio de 1968 retornó al país.
Descubrió El Zunsal, se divirtió y surfeó. Se fue nuevamente y regresó con su amigo Juan Sverko. Se quedaron tres meses y viajaron. En 1975 decidió quedarse, abrió su pequeña surf shop en El Zunsal y por la guerra por la guerra salió volando otra vez.
Luego fueron apareciendo otros y otros hasta que fue creciendo como una verdadera práctica.
Ahora en el país suenan nombres como Sophia Ramos, de 13 años; Julissa Castillo, 16 y Fabiola Salmerón, de 16 años, quienes despuntan en el surf y pronto se sabrá más de estos cipotes y de otros.